domingo, 14 de febrero de 2010

HISTORIA DE LOS EMPAQUES


Empaques: ¿Protección, identidad ó qué?



Por Carlos Fernando Villa Gómez

Como muchas cosas en el mercadeo y en los mercados, el empaque ha tenido un desarrollo como muy pocos pensaron podría ocurrir, y se ha convertido en uno de los principales componentes del proceso mercadológico (lograr y mantener un cliente ó mercado), pues cumple más de una función, todas de gran importancia en el tiempo.

Richard Cawthray y Edward Denison en el libro ‘Packaging’ (McGraw Hill Interamericana), presentan un tratado completo sobre lo que ha sido el desarrollo de este elemento del mercadeo actual, poco considerado por muchos mercadólogos, y que con la presión que los clientes y prospectos (mercados) ejercen, se ha ido convirtiendo en protagonista, cada día con mayor importancia y responsabilidad.

La historia del empaque en el mercadeo, como tantas similares en diversos campos, ha sido, si se quiere, lógica. Un comienzo en la existencia como algo sin mucha importancia para la labor de conseguir y mantener clientes; la cenicienta del producto, por decirlo de alguna forma.
En el siglo XVIII, al aparecer los primeros procesos de producción en línea, se necesitaba una manera de proteger el producto mientras se almacenaba, transportaba y distribuía; un empaque era el que podía desempeñar esa función. Cuando los sistemas de distribución comenzaron a variar en su forma, el almacenamiento de productos requería algo más que protectores: identificadores; con ello, podríamos afirmar, se marcó el inicio del diseño de empaques. Extenso fue el período de tiempo durante el cual eso era lo que era, y el empaque, como ocurrió con los sistemas de distribución, no tuvo un desarrollo traumático. La segunda guerra mundial “despertó” muchas áreas de la producción, y el empaque comenzó a ser algo diferente, pues la movilización de materiales, armas, ropa, alimentos, equipos, y lo que se piense, exigía una manera diferente no solo de proteger sino de identificar rápidamente lo que se necesitaba. La posguerra se presenta como otro punto de partida, debido a que la competencia por el desarrollo, el avance de la tecnología, y las necesidades de los pueblos, entre otros, hicieron que los mercados comenzaran a demandar con mayor conocimiento los bienes y servicios.


Luego la carrera espacial que sirvió para el inicio de la comunicación satelital y el derrumbamiento de fronteras, hizo que los empaques comenzaran a ser algo más: protectores, facilitadores de almacenamiento y transporte, identificadores, comunicadores, medios publicitarios, y, quizás lo más importante en la actualidad, estimuladores!.

Es por lo anterior que los empaques en los tiempos que vivimos necesitan del concurso de mercadólogos (para atraer y mantener los clientes), de diseñadores (para hacerlos en la mejor forma posible y facilitar lo que tienen que favorecer), de comunicadores (para que transmitan lo que se necesita y desea), y de publicistas (para que sean lo suficientemente atractivos y estimuladores), o sea interdisciplinariedad. No pocos los consideran (los empaques) como elemento componente de los productos tangibles, y bien que lo son. Por eso, porque tienen que ser tantas cosas, hoy son protagonistas del proceso de mercadeo, y no son sola y simplemente “cajitas” como alguien los denominara.
Los clientes exigen cada vez más; hoy se dan, además de lo anterior, empaques multi-usos, y no son pocos quienes prefieren productos por el empaque; mucho más en un mundo de tantos “commodities”. Y no lo hemos visto todo, todavía…






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